miércoles, 23 de enero de 2008

entrevista a teum van dijk y nuevo libro

entrevista a teum van dijk y nuevo libro

Radar|Domingo, 20 de Enero de 2008

entrevista > el lingüista teun van dijk habla del racismo en el
discurso cotidiano
Nosotros y los otros
En 1982, el lingüista holandés Teun van Dijk demostró cómo el
lenguaje permitía comunicar y reproducir el prejuicio en general y
el prejuicio étnico, el racismo, en particular. La políticamente
correcta pero altamente xenófoba sociedad europea le sirvió como
ejemplo. A fines del año pasado, se publicó un libro coordinado por
Van Dijk llamado Racismo y discurso en América latina; tiene una
introducción a cargo del compilador y estudios de casos de
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México, Perú y
Venezuela. Con este libro como disparador, el investigador del
Conicet Salvio Martín Menéndez, profesor de Lingüística de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y de la Nacional de Mar del
Plata, habla con Van Dijk del discurso como mecanismo de
reproducción del racismo en nuestros países, y si existe una manera
de des-aprender las ideologías y prácticas racistas que las
sociedades han incorporado.

Por Salvio Martin Menendez
El prejuicio parece ser un elemento constitutivo de la mayoría de
las sociedades; el racismo es, tal vez, uno de los más evidentes y,
en consecuencia, difundidos. Se lo puede caracterizar como un
complejo sistema en el que intervienen diversos factores cognitivos,
sociales y culturales. El lenguaje ocupa un lugar privilegiado en
relación con él ya que permite su reproducción continua y cotidiana.
Teun van Dijk, lingüista holandés actualmente residente en
Barcelona, advirtió con sagacidad y sentido crítico en 1982 cómo el
lenguaje permitía comunicar y reproducir el prejuicio en general y
el prejuicio étnico, es decir el racismo, en particular.
La "políticamente correcta" pero altamente xenófoba sociedad
europea –y la holandesa, en un principio como muestra altamente
representativa– le sirvió como punto de partida para mostrar el
alcance de sus hipótesis y del análisis que proponía. Su libro
Prejudice in discourse (Prejuicio en el discurso, Amsterdam,
Benjamins, 1982, sin traducción al español) marca un punto de
inflexión y permite ver cómo la lingüística –
entendida "tradicionalmente" como la disciplina que describe y
explica las estructuras formales de las diferentes lenguas–- puede
explicar también las estrategias que los hablantes utilizan,
justamente, para tratar o no de evitar ser prejuiciosos en las
situaciones cotidianas en la que les toca interactuar. Estas
estrategias no son, por supuesto, individuales sino que forman parte
de los diferentes grupos que forman una sociedad. Ahí aparece otro
elemento central: la influencia y la responsabilidad de los medios
masivos de comunicación en conformar y difundir los prejuicios de
esas sociedades de las que ellos forman parte y, además, permiten
conformar.
A finales del 2007, la editorial Gedisa publicó un volumen
coordinado por Van Dijk en el que se enfoca el problema del racismo
en el discurso con especial atención a los países de América latina
cuyo título es Racismo y discurso en América latina. El libro está
compuesto por una introducción a cargo del compilador y estudios de
casos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México, Perú
y Venezuela. No es éste el lugar de hacer una evaluación crítica del
libro. Sí de mencionar que todos los capítulos siguen las líneas
generales de lo que Van Dijk propone y que puede actualmente
ubicarse dentro de lo que se denomina Análisis Crítico del Discurso
(ACD). ¿Qué debe entenderse por ACD? Puede caracterizarse como un
análisis de los discursos que circulan socialmente acentuando la
adopción de una posición "crítica". Esto supone denunciar cómo el
discurso es utilizado por los diferentes "centros de poder" para
manipular a las diferentes sociedades. Nuevamente los medios ocupan
un lugar central: poder y manipulación no son dos características
que les son ajenas.
Si bien no hay solamente una definición de esta corriente, todos
acordarían en la importancia que tiene la lingüística dentro de
ella. Pero, al mismo tiempo, esa importancia es relativa: se trata
de ir más allá de sus límites, incorporando una visión
multidisciplinaria y un compromiso político expreso.
A partir de estos lineamientos, que Van Dijk expone en su
introducción, en esta entrevista habla acerca de algunos puntos
polémicos que multiplican un debate que exige un grado de conciencia
social mucho mayor.
En su libro Racismo y discurso en América latina el discurso aparece
como un mecanismo privilegiado de reproducción del racismo. Algo
similar sucede con otros fenómenos como el prejuicio y la
discriminació n. ¿Cómo caracterizarí a y diferenciaría racismo de
discriminació n y prejuicio? y ¿cómo caracterizarí a el discurso en
relación con ellos?
–Racismo, discriminació n y prejuicio son nociones relacionadas
dentro de una teoría general del racismo como un sistema social de
dominación racial-étnica. En otras palabras, racismo –como sexismo–
es un sistema de poder. Ese sistema del racismo está compuesto por
dos sistemas: uno de prácticas sociales racistas, que llamamos
discriminació n, y otro, un sistema sociocognitivo que llamamos
prejuicios, más específicamente ideologías racistas. Esas ideologías
racistas son la base de las prácticas de discriminació n, y se usan
también para su legitimación. El discurso tiene un rol fundamental
en ese sistema del racismo. Por un lado es una práctica social como
las demás y, por lo tanto, se puede discriminar con el discurso. Por
otro lado, es la práctica social con la cual aprendemos y
reproducimos las ideologías racistas. En ese sentido el discurso es
como una interfaz entre discriminació n e prejuicios. Por cierto, a
menudo la noción de prejuicio en la psicología social se define como
una actitud racista (o sexista, etc.) personal, pero es importante
enfatizar que prejuicios son esencialmente sociales, compartidos por
los miembros de un grupo ideológico.
Si el racismo, como usted sostiene, no es innato sino que es un
proceso de adquisición ideológica que se aprende socialmente, es
decir, en la familia, en la escuela, en el trabajo, en los medios y
en la interacción cotidiana en sociedades multiétnicas, ¿podría
explicarnos cómo se lleva a cabo y si hay posibilidades de limitar
su adquisición o, directamente, de no adquirirlo?
–Felizmente no solamente aprendemos ideologías racistas, sino
también otras ideologías, más positivas, como ideologías basadas
sobre valores de igualdad y de justicia. El antirracismo y el
feminismo son ejemplos de esta clase de ideologías críticas en
relación con las ideologías de dominación. En una sociedad de
dominación europea ("blanca"), como en Europa, en Argentina y en
grandes partes de América latina, la ideología y las prácticas
racistas han sido dominantes durante siglos. Se necesita mucho
tiempo para "des-aprender" esas ideologías y prácticas.
Usted considera que las posibilidades de hacer un planteo crítico de
este tema en los medios, en los circuitos académicos y políticos es
limitada. Sin embargo, creo que el racismo, como otras prácticas
discriminatorias, tiene un espacio y se lo discute con cierta
frecuencia. Ahora bien, me parece que el modo en que esta discusión
se lleva a cabo neutraliza la posibilidad de cambios efectivos.
¿Hasta que punto la lógica del discurso de los medios, de los
políticos y del discurso académico no es "gatopardista" , es decir,
actúa impidiendo cambios efectivos a pesar de aparentar que las
cosas deben cambiarse?
–Es cierto, se habla sobre racismo en los medios de comunicación.
Pero ese discurso en general no es sobre "nuestro" racismo, el
racismo cotidiano en las instituciones, organizaciones y grupos
dominantes, sino del racismo más marginal, de extrema derecha, el
racismo violento de skinheads, de Le Pen en Francia o de Haider en
Austria, para citar ejemplos representativos. El racismo cotidiano
de "nuestras" instituciones se manifiesta de muchas maneras, como la
falta de minorías en el gobierno, el parlamento, en la prensa, en la
universidad o la Justicia, y por el poco interés en las
instituciones y sus discursos en ese racismo. Por ejemplo, en los
miles de artículos de periódico que analicé durante años, casi nunca
encontré un artículo sobre racismo en la prensa, a pesar del hecho
de que todas las investigaciones muestran que los medios de
comunicación son parte del problema del racismo, pero todavía no de
su solución. También en la prensa de izquierda, tal vez no
explícitamente racista, hay más interés en el tema de la inmigración
como invasión, como problema, que en el racismo en el país, un
racismo del que miles y miles de inmigrantes y minorías son las
víctimas, cada día. Lo mismo sucede en los libros de texto, que
hablan muy poco sobre "nuestro racismo" hoy en día, y sí hablan, en
cambio, de racismo en relación con fenómenos del pasado, como la
esclavitud, o en otros países, como el apartheid en Sudáfrica o la
Segregación Racial en EE.UU. Algo similar sucede en la política: los
gobiernos en Europa (y en Argentina) están más preocupados con la
inmigración "ilegal" que con el auge del racismo en Europa. El
racismo ha sido fatal para millones de personas en el mundo.
Ejemplos evidentes son la esclavitud, el colonialismo, el
Holocausto. La inmigración y la diversidad cultural, en cambio –
muchos informes así lo demuestran– solamente contribuyen
positivamente al desarrollo económico, social y cultura de los
países. El problema fundamental de nuestro racismo, el racismo de
las élites blancas, es su negación. Pero el criterio –si hay racismo
o no– obviamente no es el criterio del grupo dominante, sino el del
grupo dominado. Por lo tanto, sus experiencias y testimonios son
fundamentales para establecer si hay racismo o no.
Usted viene trabajando desde una perspectiva que
denomina "transdisciplinaria " y considera que los avances en las
ciencias sociales y humanas permiten análisis cada vez más
sofisticados. ¿Cuál sería el alcance de ese "avance sofisticado
transdisciplinario" ?
–Los estudios tradicionales –tanto del racismo como de otros
sistemas de desigualdad social– en las ciencias sociales y humanas
en general eran monodisciplinares, por ejemplo en ciencias
políticas, sociología, antropología, comunicación o lingüística. De
esa manera, solamente se consigue un análisis parcial de los
problemas sociales. Con un enfoque multidisciplinario los problemas
sociales se plantean en toda su complejidad como, por ejemplo, en el
estudio del racismo. Para el estudio de los prejuicios e ideologías
se necesita de conceptos y teorías de la psicología social y
cognitiva para describir y analizar representaciones mentales. Pero
se necesita del análisis del discurso para comprender cómo
exactamente se adquieren y reproducen esas representaciones en los
discursos; un análisis sociológico aporta cómo esa reproducción se
hace en las organizaciones, instituciones o grupos de élites. Las
estructuras cognitivas, sociales y discursivas están estrechamente
interrelacionadas, y solamente una investigación multidisciplinaria
puede analizarlas de una manera adecuada. Por ejemplo, sabemos hoy
en día que las ideologías no se expresan directamente en los
discursos, sino a menudo a través de modelos mentales subjetivos de
eventos "étnicos" en nuestra memoria episódica ("autobiográfica" ), y
que esos modelos son la base de cuentos, noticias u otros discursos
ideológicos. Eso explica, por ejemplo, que no toda la gente racista
habla y actúa siempre de la misma manera (y que hay mucha variación
personal en la manera de ser racista o sexista).
Cuando tiene que caracterizar el discurso racista señala que es
complejo y sutil y que se basa en enfatizar los rasgos positivos
del "nosotros" y los rasgos negativos del "ellos" y, a la inversa,
en no poner énfasis en los rasgos positivos del "nosotros" y
del "ellos". ¿Cómo evalúa que un esquema basado en una oposición tan
sencilla como operativa permite explicar e interpretar la sutileza y
complejidad de un discurso tan problemático como el racista?
–Obviamente esa polarización es una estrategia muy general, que
tiene muchas manifestaciones más específicas, como es el caso de la
distinción social entre grupos dominantes y grupos dominados. La
polarización entre endogrupo (nosotros) y exogrupo (ellos) es
fundamental en las ideologías que son la base de nuestras actitudes
sociales y en los modelos personales sobre eventos con otra gente.
Pero, primero, las actitudes pueden ser muy variadas, como una
actitud racista sobre inmigración (definida como invasión) o sobre
la integración cultural de inmigrantes o minorías. Segundo, al nivel
del discurso, la polarización básica se puede manifestar en una gama
muy diferente de propiedades del discurso, como los temas, los
titulares, metáforas, argumentación, hipérboles, eufemismos o las
palabras que usamos, entre muchas otras. De la misma manera, hay
múltiples prácticas sociales del racismo cotidiano, como tratar
a "ellos" en los medios, en el trabajo, en las tiendas, en las
oficinas, etcétera. Todas prácticas muy variables, pero basadas
sobre la distinción fundamental entre "nosotros" como "buenos",
y "ellos" como "malos (o por lo menos diferentes)" .
Usted ha sido uno de los iniciadores de una importante corriente
dentro de la lingüística llamada Análisis crítico del discurso. De
una manera enfática, ha mostrado no solo los límites que la
lingüística "tradicional" , sino la necesidad de llevar a cabo un
análisis interdisciplinario y transdisciplinario que permita una
interpretació n crítica no sólo social (académica) sino política (de
intervención concreta). ¿Cuáles serían los alcances y límites del
análisis del discurso que propone? ¿Hasta qué punto el
aspecto "crítico" del análisis del discurso puede convertirlo en un
simple comentario de textos? ¿Cómo evalúa el pasaje concreto de la
interpretació n académica a la intervención política?
–El ACD no es un método sino una actitud crítica, socialmente
comprometida, en la ciencia del discurso. Esa actitud no es una
garantía de buena ciencia, y, como en cada línea de investigación,
hay trabajos buenos y malos. Hacer análisis críticos de problemas
sociales necesita el uso de los métodos más avanzados y sofisticados
de las ciencias sociales y humanas. Problemas sociales como el
racismo, el sexismo, el clasismo, la pobreza, y tantos más, son tan
complejos que no se pueden analizar de una manera superficial, y con
métodos más bien impresionistas, como, por ejemplo, los de la
crítica literaria impresionista que conocemos hasta hoy. Por otro
lado, tampoco los análisis más sofisticados en lingüística formal
nos ayudan a comprender y resolver problemas sociales si no se
relacionan con estudios más amplios del discurso, de la interacción
social, de la comunicación, de la cognición y de las estructuras
sociales. Solamente en los últimos años empezamos a comprender cómo
muchos de esos fenómenos y estructuras están interrelacionados. Para
eso necesitamos teorías y métodos muy sofisticados y
multidisciplinares. Además, la ciencia más sofisticada no sirve sin
la acción social y política y sin la resistencia de los grupos
dominados. Un ejemplo preciso: el rol fundamental del feminismo en
la sociedad.
¿Hay características particulares que permitan diferenciar el
discurso racista del no racista o los grados de racismo que tienen
los discursos?
–El discurso antirracista precisamente evita esa polarización, no
enfatiza las diferencias sino las similitudes, y no esconde las
malas cosas de nuestro grupo. Un ejemplo: el caso de las viñetas
contra Mahoma en el periódico danés Jyllands Posten en septiembre de
2005, que crearon una alarma entre musulmanes en el mundo entero.
Hicimos un estudio de la cobertura de ese conflicto en la prensa,
también en la prensa más o menos progresista, como El País en
España. Los resultados de la investigación confirman todas las
hipótesis sobre el rol de la prensa en la reproducción del racismo:
se hablaba casi solamente sobre la intolerancia, la violencia y el
atraso social de los musulmanes y de los árabes, y se enfatizaba los
logros de la civilización europea, como la libertad de prensa y de
pensamiento. Ni una palabra sobre la otra historia europea, como la
de la esclavitud, del colonialismo, del fascismo, del Holocausto o
de las guerras mundiales. Y, además, no se decía ni una palabra
sobre las tradiciones culturales y científicas de las culturas
árabes y musulmanas, o la variación tremenda entre musulmanes.
Tampoco sobre la historia del catolicismo de la Inquisición, del
Opus Dei y la oposición hasta hoy día, en España misma, contra casi
todos los avances sociales de derechos humanos, como el derecho al
aborto, al divorcio y los matrimonios gay. Había muchos artículos
sobre la libertad de prensa, pero ningún artículo sobre el racismo
en Dinamarca, por ejemplo, tanto en la política como en la prensa
danesa. La polarización entre el Mundo Europeo Bueno y el Mundo
Musulmán Malo era casi total. Hubo solamente muy pocos artículos más
críticos de profesores famosos antirracistas. Claro, profesores
blancos, otra vez. Los representantes de "ellos" obviamente no
tenían acceso a la prensa para explicar su visión del evento. Así
puedo mencionar docenas de casos de la polarización entre "nosotros"
y "ellos".

miércoles, 2 de enero de 2008

BAILANDO POR UN SUEÑO? ( el de Marcelo Tinelli).

Me pregunto qué danza tendremos que hacer los Mapuches y campesinos
para que nos devuelvan las tierras.
Es tan conmovedor ver a Tinelli cuando se emociona ante algún caso de
injusticia social. Se le llenan los ojos de lágrimas y mira hacia las
cámaras.
¿Si los indígenas se presentaran en su show podrían conseguir algo de
respeto a sus derechos naturales?
¿Saben que es 'Trafipan 2000'?
Marcelo Tinelli, conductor-empresario televisivo que compró miles de
hectáreas en la provincia sureña de Chubut, necesita desalojar 30 familias
mapuches para construir un megaproyecto turístico.
Moira Millán, integrante de la Comunidad Pillán Mahuiza y del Frente
de Lucha Mapuche y Campesinos en el marco de la lucha por la defensa del
Agua y la Tierra aseguró a radio Universidad Nacional de Cuyo, que le
dicen rotundamente ¡No! a cualquier megaproyecto que pretenda 'arrasar con
nuestro
entorno a cualquier precio'.
La dirigencia indígena denunció que el megaproyecto turístico que
pretende construir Marcelo Tinelli 'es sobre la vivienda de 30 familias
mapuches y, casualmente, lleva nombre mapuche,Trafipan 2000, cuando para
llevarlo a cabo,
necesita de su desalojo'.
'Cuanta más gente se entera, más nos ayuda para conseguir el apoyo de las
autoridades para poder conservar nuestras tierras'.

Amigos: envío este mail para que ustedes también colaboren en la
difusión de las cosas que suceden y que los medios de comunicación
tapan.... Los medios alternativos (radio, diarios zonales) lo están
haciendo, entonces es la labor nuestra sumarnos ante el silencio de los
medios oficiales.

Lic. Marisa Burlastegui
Universidad
Nacional de Mar del Plata
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